El impacto social se manifiesta con fuerza en la avenida Azcapotzalco, donde el arte, la movilidad y la comunidad se entrelazan para devolver a las calles su función más humana: servir a quienes caminan. El pasado 19 de octubre de 2025 comenzó la aplicación de pintura del proyecto Trazarte: Delineando rutas ciclistas y peatonales, impulsado por Impacto Social y Arte Comunitario A.C. en colaboración con la Alcaldía Azcapotzalco y con el respaldo de Bloomberg Philanthropies.
Tres días después, el 22 de octubre, Multiseñal se sumó como aliado estratégico, realizando la donación de 15 trafitambos para reforzar la seguridad peatonal y permitir que el proyecto continúe su desarrollo hasta su conclusión en diciembre.
La intervención se lleva a cabo en un punto clave del norte de la capital: Avenida Azcapotzalco, en el tramo entre las calles Castilla y 16 de Septiembre, incluyendo el perímetro del Parque Hidalgo, corazón histórico y cultural de la demarcación. Allí, donde convergen escuelas, comercios, hospitales y el flujo incesante de automóviles, el arte comienza a reequilibrar la movilidad con un lenguaje visual lleno de identidad.
El arte como catalizador del cambio
El muralista mexicano Gregorio Escobar, con décadas de trayectoria y una profunda conexión con la vida urbana, lidera un equipo de 12 pintores que trazan una nueva historia sobre el asfalto de Azcapotzalco. Su misión: plasmar más de 3,286 metros cuadrados de murales inspirados en la identidad vecinal —con figuras de hormigas, ahuehuetes, nopales, maíz, plantas medicinales y mujeres—, símbolos que reflejan la fuerza, la historia y la diversidad de esta comunidad.
“Creemos que el arte puede transformar a la sociedad. Lo hemos visto en barrios como La Merced o la Guerrero, donde las personas se reapropian del espacio cuando lo ven reflejado en él”, comparte Escobar, integrante de Impacto Social y Arte Comunitario A.C., organización que en enero de este año presentó su propuesta ante Bloomberg Philanthropies y se convirtió en el único proyecto ganador de la Ciudad de México dentro de esta convocatoria internacional.
Las primeras jornadas de pintura comenzaron el 19 de octubre de 2025, cuando el equipo artístico inició la aplicación de color sobre los trazos previamente delineados a principios de mes. Esta etapa marca el inicio visible del proyecto, con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) supervisando la paleta cromática para mantener la armonía con el entorno patrimonial del centro de Azcapotzalco.
Impacto social y seguridad vial: el urbanismo táctico en acción
Lo que ocurre hoy en Azcapotzalco es un ejemplo concreto de urbanismo táctico: intervenciones artísticas que transforman el espacio urbano y mejoran la seguridad de manera inmediata. En este tramo de Avenida Azcapotzalco, que cruza el centro histórico de la alcaldía, se concentran puntos neurálgicos como el Jardín Hidalgo, el atrio de la Parroquia de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago, la Clínica del IMSS No. 13 y los accesos al edificio de la alcaldía. Durante años, el tránsito vehicular dominó la zona, desplazando a peatones y ciclistas a márgenes cada vez más estrechos.
Un registro reciente realizado por los artistas revela la magnitud del reto: en una hora no pico, transitan 305 automóviles particulares, 238 unidades de transporte público, 40 camiones de carga y 99 motocicletas, frente a solo 30 bicicletas y 297 peatones. Estas cifras justifican la intervención: recuperar espacio peatonal, reorganizar la circulación y dotar a la zona de señalización visible y pasos seguros.
La comunidad que vuelve a caminar
El espíritu del proyecto Trazarte no se limita a la estética; se trata de un proceso de aprendizaje colectivo. A través de talleres comunitarios, vecinas, vecinos, estudiantes y voluntarios participaron en el co-diseño de las obras, explorando conceptos de movilidad, respeto peatonal y pertenencia barrial. Esa participación activa convierte a los murales en algo más que arte público: son el reflejo de una comunidad que se reconoce en su entorno.
Para quienes caminan por la zona, los colores del pavimento se han vuelto una guía emocional. Allí donde antes reinaba el gris del asfalto, hoy se levantan trazos de identidad. Las cebras peatonales ahora son símbolos de convivencia, los colores indican pasos seguros, y el arte actúa como recordatorio de que las calles también pueden educar.
En los próximos días, la aplicación de más de 800 litros de pintura dará forma definitiva a los murales. Durante los siguientes dos años, la Fundación Bloomberg dará seguimiento al proyecto y evaluará su impacto en la movilidad y seguridad peatonal.
Multiseñal: como impacto social en movimiento
Con la donación realizada, Multiseñal reafirmó su compromiso con la seguridad vial, la responsabilidad social y el desarrollo urbano sostenible. Los 15 trafitambos donados se integrarán al paisaje del proyecto Trazarte no solo como elementos de contención, sino también como parte del lenguaje visual que distingue esta intervención.
Esta colaboración entre empresa y sociedad civil fortalece el sentido del impacto social: construir alianzas que trascienden los intereses particulares para generar beneficios colectivos. Cada Trafitambo delimita zonas seguras, ordena el tránsito y, al mismo tiempo, simboliza la unión entre arte, prevención y comunidad.
Para Multiseñal, ser parte de Trazarte significa contribuir activamente a una transformación que combina creatividad y seguridad, recordando que la vialidad también puede ser una expresión de responsabilidad compartida. En este esfuerzo, aporta su experiencia y compromiso con la seguridad, proteger las áreas de pintura, impedir el estacionamiento irregular y guiar el flujo vehicular durante las obras, generando un impacto social real y duradero.
Hacia una ciudad que camina con arte
Hoy, Azcapotzalco avanza con paso firme hacia una nueva manera de entender la movilidad urbana. Donde antes dominaban los coches, ahora hay color, conciencia y colaboración.
Las figuras pintadas sobre el pavimento no son solo ornamento: son narrativas colectivas que hablan de pertenencia, memoria y respeto. Cada color aplicado sobre el asfalto marca un compromiso con el espacio público y con la vida cotidiana de miles de personas que transitan estas calles.
El impacto social de Trazarte se mide en algo más que metros cuadrados: se mide en la forma en que las personas vuelven a mirar su entorno. Gregorio Escobar y su equipo han convertido la avenida en una galería abierta, donde el arte enseña, protege y une. Y Multiseñal, al sumarse como aliado estratégico, demuestra que la seguridad también puede ser un acto que se combina con el arte.
En diciembre, cuando los murales viales estén terminados, Azcapotzalco no solo tendrá calles más seguras, sino también una historia común pintada sobre ellas. Una historia de colaboración, creatividad y esperanza que seguirá trazando rutas de cambio en toda la ciudad.
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