Secuelas de un accidente automovilístico, ¿cuáles son?

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En no pocas ocasiones, las secuelas de un accidente automovilístico pueden ser más graves que el propio percance, pues estas ocurren en diversos niveles y de distintas maneras. Peor aún, es cuando estas llegan a generar traumas más allá de lo físico.

Independientemente de los problemas derivados de estos, existen tres razones principales por las cuales ocurren estos percances.

La primera de ellas, es cuando el accidente automovilístico es provocado por error humano. Esto ocurre cuando el conductor -o, en ocasiones, alguno de los pasajeros- es quien provoca el percance. Normalmente, esto sucede por manejar a alta velocidad, utilizando el celular, conducir en estado de ebriedad o bajo el efecto de otras sustancias (legales o ilegales) y hasta por cansancio o somnolencia.

El segundo factor es el automóvil en sí, específicamente, cuando este presenta alguna falla mecánica, como, por ejemplo, el desgaste de los frenos, las balatas, llantas gastadas, intermitentes o faros fundidos, etc. Claro que, a veces, esto también puede ser a causa de la irresponsabilidad de no brindarle un servicio mecánico a tiempo y adecuado.

El tercer motivo va más allá del factor humano e involucra a la ruta por donde se esté transitando. La falta de mantenimiento de la misma, o, incluso, las condiciones climatológicas, pueden propiciar que el asfalto esté en mal estado (baches), tramos peligrosos sin la correcta señalización o hasta zonas de derrumbe.

Todos ellos son factores por los que podrías ser víctima (o causante) de todo tipo de percances. La idea, es que los evites. Por ello, en el paseo de hoy, vamos a hablar de las distintas secuelas que un accidente puede generar.

La intención es generar conciencia en cada conducción que tengas, buscando que llegues con bien a casa.

Secuelas de un accidente automovilístico, ¿cuáles son?

Como mencionamos, las secuelas de un accidente automovilístico pueden ir desde lo físico hasta lo psicológico, por no hablar de lo material, como lo es la pérdida del vehículo. Estas son algunas de ellas:

Lesiones físicas

En un choque de gran impacto se presentan tres impactos: el del vehículo contra la estructura u otro auto; el del pasajero y conductores contra la parte interna del auto (volante, asientos, bolsas de aire, tablero, etc.); y, finalmente, el de los órganos dentro del cuerpo, pues, por ejemplo, durante la colisión, el cerebro puede rebotar contra el cráneo.

Todo esto puede ser causante de serias lesiones físicas, desde la rotura de huesos hasta la médula o, en el peor de los casos, la muerte.

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Lesiones permanentes

La mayoría de las veces, las lesiones físicas se curan con el tiempo. Desgraciadamente, algunas de ellas pueden dejar secuelas permanentes en el cuerpo; esto puede ir desde una discapacidad física hasta, en el peor de los casos, un estado vegetativo o una condición que requiera asistencia médica de por vida.

Traumas

Aunque con el tiempo las lesiones externas pueden sanar al 100%, el shock y sorpresa de un accidente puede provocar otro tipo de lesiones invisibles, pero 100% reales: los traumas psicológicos.

Estas lesiones son capaces de provocar trastornos del sueño, ansiedad, depresión, estrés postraumático e, incluso, un miedo permanente a volver a conducir.

¿Tienen solución?

Las secuelas de un accidente automovilístico se experimentan en distintos niveles y maneras, dependiendo de la persona que las sufra.

En el mejor de los casos, las lesiones menores sanarán en poco tiempo; las mayores, tardarán un poco más; y, con la mejor de las suertes, los daños físicos mayores sanarán a largo tiempo o, si son permanentes, podrán tratarse y aligerarse mediante tratamientos de rehabilitación.

Ahora, en el caso de las secuelas psicológicas, estas requerirán de tratamientos especiales realizados por expertos en la salud mental. Es importante que, si de alguna manera, el impacto de un choque te impide llevar una vida normal, asistas con psicólogos para iniciar un proceso que te ayudará a superar el trauma.

Por último, por supuesto que todos estos percances tienen una secuela en común: la económica. Y es que, al final, toda reparación o terapia te costará cierta cantidad de dinero. Sin embargo, este problema se convierte en el menor de todos cuando logras salir con vida y sin mayores complicaciones de un accidente de tránsito.

Conduce con cuidado y evita los diversos accidentes a los que estamos expuestos en la vialidad. Haz caso a las señales de tránsito, ten una conducción responsable, respeta la pirámide de la movilidad, utiliza el cinturón de seguridad y sé siempre precavido.

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