Garantizar la seguridad de los peatones y ordenar los espacios urbanos es más sencillo con los Bolardos circulares. Su diseño esférico funciona como una barrera visual y física que disuade a los conductores de invadir las áreas peatonales. Además, en caso de contacto, no genera daños graves a los vehículos, por lo que es una solución segura y funcional.

Están fabricados en polímero de gran resistencia, capaz de soportar impactos sin deformarse. También resisten humedad, solventes y cambios extremos de temperatura, lo que asegura un desempeño confiable a lo largo del tiempo. En su interior incorporan un refuerzo de acero anclado al piso que brinda estabilidad adicional. Para proyectos que requieren mayor robustez, pueden rellenarse con concreto y así aumentar su peso y resistencia frente a golpes.

Su instalación en hileras es sencilla y muy efectiva, ya que impide que los vehículos se estacionen en las aceras o bloqueen pasos peatonales. De esta forma, se mantienen libres los accesos y se ordena el tránsito en zonas de alto flujo.

Estos elementos son recomendables para escuelas, aeropuertos, centrales camioneras, centros comerciales y pasos peatonales. En todos estos entornos ayudan a canalizar el movimiento de vehículos y peatones. Incluso pueden emplearse como indicadores de alineación o como piezas decorativas que realzan el diseño del espacio público.

Están disponibles en colores como arena, negro, gris y granito, con la opción de solicitar tonos especiales. Su mantenimiento es mínimo, lo que permite conservar su apariencia sin esfuerzos adicionales.

Más que un accesorio urbano, representan una herramienta de planeación que combina estética, resistencia y protección. Cada instalación mejora el orden y crea entornos que transmiten seguridad, reforzando el valor de los Bolardos circulares.